Ni siquiera soy una cara bonita

2.17.2012

Chiste mexicano

Entra un político a un bar y se sienta a la barra. El cantinero lo reconoce, le sirve un trago y dice que "la casa paga". El político agradece con un gesto, bebe rápidamente el contenido del vaso y pide un trago más. Luego otro. Y otro. Y otro, y otro, y otro. El cantinero, preocupado porque el político crea que todo corre por cuenta de la casa, le aclara respetuosamente al hombre que lleva ya 9 tragos y que la casa solamente invitó el primero. El político pide uno más y le dice al cantinero que se sirva uno para sí, al tiempo que saca la cartera y dice "no se preocupe, el pueblo invita".

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