Pero yo no sé contar y mucho menos recontar.
El 2011 inició feíto, un robo armado a mi casa, adiós a las cosas, adiós al dinero, hola a la tristeza, al miedo, a la inseguridad, todo eso que uno no tendría que experimentar jamás y mucho menos en su propia casa. El 2011 terminó bonito, con Morrissey, con Puebla, con amigos, los amigos bonitos de siempre y Pierrot, con un empleo mal pagado pero un empleo, al fin.
El 2011 inició feíto, un robo armado a mi casa, adiós a las cosas, adiós al dinero, hola a la tristeza, al miedo, a la inseguridad, todo eso que uno no tendría que experimentar jamás y mucho menos en su propia casa. El 2011 terminó bonito, con Morrissey, con Puebla, con amigos, los amigos bonitos de siempre y Pierrot, con un empleo mal pagado pero un empleo, al fin.
El 2011 se sube al tren y yo corro a su lado y agito un pañuelo, deseando que le vaya bonito donde quiera que vaya. Adiós, 2011, te quise mucho. Hola, 2012, quiéreme aunque tenga un mechón verde en el cabello.
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